El enfoque de la convivencia en el centro tiene una visión constructiva y positiva, por lo que las actuaciones van encaminadas al desarrollo de comportamientos adecuados para convivir mejor y resolver conflictos, a través de la participación, buenos cauces de comunicación y la prevención de problemas de conducta. Para ello se han elaborado unas reglas de buena convivencia y una normativa, que deben regular el funcionamiento del centro.
La respuesta educativa del equipo directivo y el profesorado en el centro es la de promover la actitud de participación del alumnado.
El cauce principal de solución de conflictos es el Consejo de Clase, (elemento identificativo del centro y que más enriquecimiento personal aporta a nuestros alumnos) como vehículo para analizar comportamientos, actitudes y valores; fomentando la autodisciplina y la capacidad crítica, atendiendo a la necesidad de comprender y encontrar sentido a las cosas y a uno mismo.
Tratamos de potenciar la participación en el funcionamiento de la clase mediante las responsabilidades rotatorias que se determinan en cada curso y la asistencia en el Consejo de Clase, órgano de intervención democrática y de búsqueda de soluciones a los problemas colectivos e individuales.
El paso siguiente, en los casos más graves es la aplicación del Reglamento de Régimen Interior (R.R.I.), cuya interpretación es llevada a cabo por los profesores, tutores y equipo directivo.
Las experiencias que se desarrollan en el centro para favorecer la convivencia las podemos resumir en lo siguiente: