En clase trabajamos sobre lo programado, pero también nos parece muy importante dedicarle tiempo a lo que surge en ellas y que interese en ese momento.
Creemos en una enseñanza activa y en la que pretendemos combinar las actividades dentro del aula, con las que nos permite el entorno más o menos próximo al colegio.
Realizamos para ello salidas de trabajo (a la naturaleza, a la ciudad, a fábricas, al teatro…) que nos proporcionan material y experiencias que nos posibilitan desarrollar el currículo. La enseñanza, de esta manera nos permite la adquisición de hábitos formales de trabajo, con la riqueza e interés que supone acudir al exterior y recibir la información directamente de las personas que la manejan.
En otras ocasiones son los propios profesionales los que vienen a visitarnos e imparten sus enseñanzas al grupo en el propio centro o aprovechamos la experiencia de personas más próximas a nosotros los que nos enriquecen.
Nos definimos como una escuela laica. Entendemos que la escuela debe ser integradora, plural, respetuosa con todas las creencias religiosa y políticas y alejada de cualquier postura partidista, comprometida con los principios democráticos que debe regir la convivencia y que busque en el ámbito de los Derechos Humanos los valores de solidaridad y compromiso social y moral que debemos fomentar.
Pretendemos formar personas críticas en todos los aspectos de la vida, con capacidad de analizar distintos planteamientos, con criterios propios y capaces de defenderlos.
Aprender a pensar es un objetivo ambicioso pero accesible a todos nuestros estudiantes. Los profesores podemos ayudar a nuestros estudiantes a ser mejores pensadores, tenemos esa responsabilidad: no enseñarles lo que tienen que pensar sino a pensar. Los buenos pensadores tienen más posibilidades de hacerse cargo de sus vidas y alcanzar sus objetivos y autorrealización.
Nuestro órgano regulador de la convivencia es el Consejo. Muy dirigido, y en el momento del conflicto, con los más pequeños; semanalmente a medida que son capaces de gestionar sus asuntos e intervenir con mayor autonomía. El grupo se sienta en el suelo, en corro, y comenta cómo ha ido la semana, qué tal se han cumplido las responsabilidades (encomendadas, rotativamente, a todos los integrantes de cada clase) y analiza, cuando es necesario, los problemas que hayan podido surgir entre ellos.
El desarrollo de esta actividad fomenta una serie de aspectos muy enriquecedores para la educación integral de la persona:
– Aprender a hablar y a escuchar.
– Resolver los problemas de la convivencia diaria mediante el diálogo.
– Aprender a tomar decisiones o soluciones óptimas a sus problemas.
– Desempeñar responsabilidades y dar cuenta de ellas ante los demás. Causa – Efecto.
– Desarrollar la colaboración y la solidaridad. Espíritu crítico.
– Respeto a los demás y a sus puntos de vista.
– Intentar actuar con justicia y honradez.
– Comprender la necesidad de acatar unas mínimas reglas de funcionamiento, iguales para todos. Leyes de Clase.
El lema que subyace entre nosotros es: “No debo hacer a los demás lo que no me gusta que me hagan a mí”.
Durante las sesiones de teatro nuestros alumnos dan rienda suelta a su imaginación y creatividad, disfrutando con sus compañeros al vivenciar situaciones reales o historias ficticias. A través de la música y de diferentes formas de dramatización (mimo, títeres, marionetas…) experimentan las posibilidades de su voz y cuerpo y trabajan de forma cooperativa e integradora. Una actividad que, además, contribuye a vencer la timidez y facilita el autocontrol de los niños con carácter más inquietos.
Los alumnos del primer ciclo de primario tienen durante el primer trimestre una sesión semanal de natación dentro del horario de Educación Física.
Los niños, hoy en día, cada vez tienen menos oportunidad de estar solos, ya sea en casa, en el colegio o, mucho menos, en la calle. Si antes ya eran numerosos los beneficios de convivir unos días, con sus compañeros, en algún albergue, hoy resulta una actividad verdaderamente necesaria para su buen desarrollo vital.
– Aprenderán a desenvolverse por sí mismos en las tareas cotidianas.
– Decidirán por ellos mismos en qué ocuparán su tiempo libre.
– Se iniciarán y fortalecerán (o clausurarán) amistades.
– Descubrirán nuevos ámbitos y conocimientos. Disfrutarán aprendiendo cosas nuevas o llegando a dominarlas.
– Jugarán, charlarán, discutirán, hasta pelearán, solos, entre ellos nada más, (con lo que eso espabila). Los adultos cuidarán a prudente distancia, solo intervendrán cuando sea conveniente o necesario…
Todo ello en un entorno natural, a la intemperie siempre que sea posible, con el privilegio de conocer a jóvenes, de otras culturas incluso, que les abrirán nuevos horizontes y les ayudarán a conocerse mejor y confiar en ellos mismos.