Ayer miércoles los gatos y las abejas fuimos a conocer de primera mano un oficio muy importante del sector terciario (el de los servicios): el de bomberos. Trabajan ayudando a personas, y se les llama al 112 siempre que «ya no se sabe qué hacer ante un problema», desde bajar un gato de un árbol o para sacar a alguien atrapado en un coche después de un accidente.
En el aeropuerto habíamos tenido un primer contacto y nos habían contado muchas cosas de su trabajo, pero ayer pudimos experimentar como bomberos de verdad, poniéndonos la ropa de bombero, bajando por la barra, subiéndonos en el camión y usando la manguera. Nos enseñaron también donde hacen las prácticas de los incendios (en un contenedor metálico que amueblan como una casa con madera) y cómo cortaban un coche para realizar un salvamento (¡incluso nos contaron un truco para que no salten los cristales al romper una luna!).
Aprendimos también que para ser bombero no sólo hay que estar muy fuerte (para lo que hay que comer muy sano y hacer mucho ejercicio) y ser muy valiente, sino que es importante ser muy ordenado: en su camión tienen cada cosa bien colocada en su sitio para encontrarla fácilmente y en perfecto estado en caso de emergencia. Otra cosa que nos contaron es que el agua que utilizan es recogida de la lluvia o sacada de regatos, por lo que aunque está limpia y es dulce no es potable (no se puede beber, no es como la que sale de nuestros grifos).
Nano (el padre de Daniel), Guillermo y Hernan fueron muy amables con nosotros, pasamos una mañana estupenda. ¡Muchas gracias, chicos! Me parece a mí que con esta visita tan motivadora salen un par de futuros bomberos…
¡Mirad como nos lo pasamos de bien!
