El pasado jueves cambió la percepción del colegio para todos aquellos que se acercaron a sus puertas. Cómo olía de bien! Desde fuera de la verja verde del triangulo ya se podía percibir el delicioso olor a dulce que provenía de la cocina. Y es que, por la mañana, los gatos y las abejas habíamos tenido la inmensa suerte de contar con la visita de Toni Barros (el padre de Matilda) que compartió con nosotros parte de la mañana y algunas de sus recetas.
Aquí os dejamos algunas fotos de los pequeños reposteros, no sin antes agradecer a Toni su visita y a Rosi y Maite la inmensa colaboración (se pasaron la tarde horneando ).
Una iniciativa espectacular. Unir la educación con la cocina es una idea que deberían llevar a cabo más centros, a través de una clase divertida se puede aprender física, química, biología. Multiples aplicaciones para un mundo que sin duda atrae a los alumnos