«Pobre papelito plegado; pías, palpitas, portas preciosas plumas, pajareas preguntando por palomares para pernoctar, por plazuelas para picotear pan; pero procede prudentemente, porque pareciendo paloma puedes procurarte perdigonazos, pichoncillo pálido.»
(Isabel Castaño, “22 granos de Arroz”, pág.66)