A los gatos nos encantan las tardes de taller. Hacemos trabajos individuales, en pequeño y gran grupo compartiendo materiales, espacios y creaciones. A veces, si miras por un agujerito, la clase es un hervidero de idas y venidas, de agrupaciones dispares que de forman y desvanecen sin orden aparente, mucho movimiento y algo de ruido. Pero no os equivoquéis, es que estamos muy concentrados en nuestros trabajos, nos organizamos solos estupendamente y trabajamos de manera autónoma con seguridad y soltura. ¡Somos unos artistas!